
En pleno temporal mediático y deportivo, Xabi Alonso se comportó como un auténtico frontón, devolviendo una y otra vez las preguntas más incómodas con su habitual calma. Solo dejó entrever cierta molestia cuando le pidieron que revisara si volvería a tomar la decisión de sustituir a Vinícius en el clásico, una acción señalada como la ‘zona cero’ de varios de sus problemas actuales, el momento en el que, supuestamente, se resquebrajó parte del vestuario. «No sé a qué viene esa pregunta», cortó, sin querer abrir esa herida.
En cambio, cuando se le preguntó de manera directa si siente el apoyo de toda la plantilla, el técnico fue tan tajante como escueto: «Sí», respondió sin titubeos. Con esa contundencia reforzó el mensaje central con el que se presentó en la sala de prensa de Valdebebas: transmitir la imagen de un vestuario y un cuerpo técnico juntos y centrados en reaccionar ante el Manchester City.
«Esto es un equipo, vamos todos de la mano. Hay que estar preparados para afrontar estas situaciones con calma, responsabilidad y ganas. El equipo está unido y convencido de que podemos ganar mañana. Tenemos que jugar con buen ritmo, con buena intensidad», desarrolló Alonso antes de dirigir el último entrenamiento previo al partidazo de mañana en el Bernabéu.
Tchouaméni sale en defensa del entrenador
Aurélien Tchouaméni, uno de los futbolistas más cercanos al técnico, fue el jugador elegido por el club para acompañarle ante los medios, un perfil pensado para rebajar la tensión y defender el discurso de unidad. El francés no rehuyó ese papel.
«Estamos todos juntos. Si queremos ganar, tenemos que luchar todos, entrenador y jugadores, en la misma dirección», aseguró el mediocentro, alineándose por completo con el mensaje de su entrenador. En nombre del vestuario, asumió también la responsabilidad por la derrota frente al Celta: «Si perdimos, fue un problema nuestro en el campo, de intensidad o de pérdidas de balón. No es culpa del entrenador, es nuestra dentro del campo».
Tchouaméni insistió además en la importancia del ritmo alto de juego: advirtió que, si el Madrid no compite con una «intensidad máxima», queda expuesto a tropiezos como el del último fin de semana.
Un duelo ante el City con sabor a ultimátum
La palabra «intensidad» fue quizá la más repetida en las dos ruedas de prensa, tanto por Alonso como por su jugador. El técnico reflexionó sobre lo rápido que puede cambiar todo en el fútbol, «para bien o para mal», a las puertas de un encuentro que podría marcar su futuro inmediato en el banquillo del Real Madrid.
Aunque hacia fuera siga actuando como ese frontón imperturbable que devuelve cada golpe, Alonso es plenamente consciente de lo que se juega ante el Manchester City. La cita en el Bernabéu se presenta como una oportunidad para cambiar la narrativa… o como el último capítulo de su etapa al frente del equipo blanco.