
El Real Madrid avanzó a octavos de final de la Copa del Rey tras sufrir más de lo esperado ante el modesto Talavera, equipo de Primera Federación. Kylian Mbappé, jugando los 90 minutos completos, anotó un doblete que eleva su cuenta a 58 goles en 2025, acercándose al récord de Cristiano Ronaldo. Sin embargo, el equipo blanco terminó encerrado en su área, dependiendo de las intervenciones clave de Andriy Lunin para evitar una sorpresa histórica.
Xabi Alonso apostó por una alineación ofensiva desde el inicio, priorizando una resolución rápida, pero el Talavera resistió con orden y entusiasmo, obligando al Madrid a pedir la hora en los minutos finales.
Alineación Ofensiva y Dominio Inicial Infructuoso
El técnico rodeó a Mbappé de jóvenes talentos como Endrick, Gonzalo García, Franco Mastantuono, junto a creativos como Arda Güler y Dani Ceballos. La idea era golear pronto y gestionar esfuerzos, pero el plan no salió como esperado.
Endrick mostró su versión más fina y voluntariosa, generando varias ocasiones claras que fueron despejadas por la defensa talaverana. Ceballos también reclamó más protagonismo, mientras el canterano David Jiménez cumplió sin desentonar.
El Talavera, lejos de intimidarse, plantó cara con un bloque bajo y salidas puntuales. Marcos Moreno exigió una gran parada a Lunin tempranamente, y el equipo toledano aguantó los primeros 40 minutos con dignidad.
El dominio madridista creció gradualmente, alcanzando el 75% de posesión, pero las ocasiones no se concretaban hasta un penalti polémico señalado por Cuadra Fernández —un balón que rozó la cabeza y luego el brazo de Moreno en posición natural—. Mbappé no falló desde los once metros.
Ya en el descuento del primer tiempo, un centro raso del francés provocó un gol en propia puerta de Farrando, aparentemente cerrando el duelo.
Sufrimiento Final y Dependencia de Lunin
En la segunda mitad, Mbappé desperdició oportunidades para sentenciar, incluyendo una asistencia precisa de Endrick. El Madrid relajó la intensidad, permitiendo al Talavera creer en la remontada.
El equipo visitante acumuló presión en los compases finales, forzando intervenciones providenciales de Lunin y generando nervios en el Bernabéu. El Talavera se llevó el orgullo de resistir y varias camisetas como souvenir.
Para Xabi Alonso, la victoria solo asegura la Supercopa como próximo desafío clave, en un contexto de presión creciente.