
El Real Madrid ha elevado una denuncia formal al Consejo Superior de Deportes (CSD) contra el encuentro programado entre Villarreal y Barcelona en Miami, argumentando que distorsiona la integridad de la competición nacional. Este pulso entre LaLiga, el club madridista y otros equipos de Primera División —excepto Barça y Villarreal— por la exportación de partidos ha incorporado al CSD como un actor clave en el debate sobre la internacionalización de la liga española.
El CSD exige explicaciones a la RFEF sobre la decisión de LaLiga
Tras recibir el documento del Real Madrid, el CSD ha solicitado a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) detalles exhaustivos sobre los motivos que justifican el traslado del partido fuera de España, previsto para diciembre. La RFEF, a su vez, ha pedido acceso al escrito del club blanco para formular una respuesta informada. Este cruce de comunicaciones pone de manifiesto la enredada red institucional involucrada, con LaLiga, la RFEF, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y el CSD defendiendo posiciones opuestas, agravadas por la firme oposición del Real Madrid desde el inicio.
Un proyecto recurrente de LaLiga para expandirse en EE.UU.
La idea de jugar partidos oficiales en Estados Unidos no es reciente. En 2018, LaLiga firmó un pacto con Relevent Sports para disputar encuentros en Miami durante 15 años, pero fue bloqueado por la FIFA, la UEFA, la RFEF y varios clubes. Un intento similar en 2019 con Girona-Barça también se frustró, al igual que el de hace un año con Atlético-Barça. Ahora, bajo el liderazgo de Javier Tebas, el Villarreal-Barça parece viable: el partido ya se presentó en Miami como parte de la estrategia para potenciar la marca de LaLiga en el mercado norteamericano, donde la MLS avanza y el fútbol gana adeptos.
La oposición del Real Madrid va más allá de lo deportivo
La acción del Real Madrid trasciende el ámbito puramente deportivo. Aunque el duelo implica al Barcelona y se percibe como una alteración de la liga, el club de Florentino Pérez mantiene un enfrentamiento crónico con Tebas sobre la gestión y la proyección global de la competición. Para los blancos, celebrar un partido en territorio extranjero rompe la igualdad entre equipos, pervierte el equilibrio competitivo y establece un precedente incontrolable. El CSD debe ahora intervenir en un litigio que podría derivar en acciones judiciales, mientras Villarreal y Barça afrontan una situación incierta: lo que debía ser una vitrina internacional podría transformarse en el foco de un enfrentamiento político y jurídico.