
España cierra la clasificación con dudas pero sin riesgo real
España finalizó la fase de clasificación para el Mundial con un empate frente a Turquía, un resultado que, según Miguel Quintana, refleja un partido lejos del nivel esperado. En su análisis en La Pizarra de Quintana, el presentador calificó el encuentro como irregular, con tramos de juego poco inspirados, aunque destacó que la Selección cumplió con el trámite y aseguró su billete mundialista sin ponerlo en peligro en ningún momento.
Un partido gris y dos rachas al borde del colapso
Quintana señaló el impacto emocional del momentáneo 1-2 de Turquía, una acción que hizo tambalear dos rachas históricas de la Selección: los 31 partidos consecutivos sin perder y la condición de invicta como local en fases de clasificación para un Mundial. En ese contexto, el gol de Oyarzabal supuso un alivio evidente para el equipo y para la afición. Con humor, Quintana rebautizó al delantero como Mikel Oyarhaaland para subrayar la importancia de su aparición en un momento crítico.
El analista incluso reconoció que no veía con malos ojos una pequeña derrota antes de llegar al Mundial, argumentando que arrastrar una racha tan larga puede convertirse en un peso innecesario en un torneo tan exigente.
Dani Olmo y Álex Baena: señales positivas en un partido complejo
Más allá del marcador, Quintana destacó dos actuaciones individuales muy positivas. De Dani Olmo resaltó su dinamismo, agresividad y capacidad para tomar buenas decisiones tanto fuera como dentro del área, donde mostró detalles de técnica muy fina. Sobre Álex Baena, elogió su personalidad y su ambición constante, asegurando que volvió a ganarse un lugar por su actitud y su participación activa en el juego.
Oportunidades perdidas y nombres que generaron dudas
Quintana también mencionó a los jugadores que, en su opinión, dejaron escapar una gran oportunidad. Para él, Yeremy Pino fue el caso más evidente, mostrando poca influencia en el juego. Aleix García tampoco logró convencer, y sobre Samu Omorodion lamentó que desperdiciara una ocasión clave que, según dijo, “no puede fallar si quiere estar en el próximo Mundial”.
A pesar de todo, el presentador cerró su editorial con una reflexión contundente: una derrota antes del Mundial no hubiese estado mal, siempre que sirviera para corregir errores y rebajar expectativas antes del torneo más exigente del planeta.